CHUCHELANDIA CONTRA EL BULLING
Una historia REAL conmovedoraLas gominolas son un símbolo de felicidad, un estandarte de concordia, de armonía y de amistad. Las chuches son el maridaje perfecto cuando hay una reunión de amigos, una celebración o una quedada, siempre acompañan un buen rato porque su dulzor y textura te convierten un momento y en un momento mejor.Por eso en nuestra tienda online de chuches trabajamos por todo eso, y en nuestro catálogo tenemos una extensa variedad de chuches, de gominolas y golosinas de todo tipo para que nadie se quede sin pasar de un buen rato a un rato genial. ¿Que bueno no?De entre todas las gominolas, las gominolas brillo o gomitas brillo son una estrella indiscutible en nuestra web. Su textura acaramelada y blandita hacen que llevarse cualquier gomita brillo a la boca sea un auténtico placer irresistible para todo el mundo, además sus diferentes formas hacen que encajen en cualquier celebración o evento siendo parte esencial de toda mesa de chuches o candy buffet. Las gominolas brillo gustan a peques y adultos pero sobre todo alegran la vida, y como ejemplo os contaré una historia preciosa y real que nos pasó hace poco. GOMINOLAS PARA ALEGRAR LA VIDAJuan era un niño tímido, no era muy sociable, más bien lo contrario, como dicen algunos, era metidito para dentro. Era bajito, con gafas y llevaba el pelo ondulado rebelde imposible de peinar o mantener peinado más de un cuarto de hora. Iba a un colegio privado de élite bilingüe y a pesar de su interés no se le daba muy bien concentrarse y aprobar, quizás fuese porque aun no pronunciaba bien la "r" o porque en ese colegio todos lo atravesaban con la mirada, con esa mirada de puñales que te dice que no eres bienvenido, más bien lo contrario. Por eso Juan se acostumbró a ser juzgado sin examinarse, se acostumbró a rezar cada día para no ser burla de nadie, se acostumbró a no desayunar por fuerza y sobre todo se acostumbró a mentir, a sus padres y a sí mismo para no sufrir y causar más sufrimiento. La vida de Juan no era fácil, y su mundo cada vez se hacía más pequeño y oscuro donde su única luz era su primo Antón y unas gominolas brillo de fresa que su padre siempre le compraba los viernes al salir del cole. A Juan le encantaban las gominolas, solía ir con su primo los domingos a comprar chuches y siempre se llevaba las mismas, las fresitas brillo de fini eran sus favoritas. Cuando llegaban a casa, la madre de Juan les preparaba una deliciosa merienda y luego él y su primo Antón se iban al cuarto a jugar y disfrutar de las chuches que habían comprado. Nunca se las comían todas ya que guardaban un poco siempre para el domingo, que a media tarde apetecía.Entre deberes y deberes, esos pequeños ratos del fin de semana alegraban la vida de Juan hasta el domingo por la noche, que era cuando su tez se oscurecía en su camita y sus ojos cerrados soñaban con que llegara de nuevo el viernes para ir a comprar chuches con papá y respirar un poco de nuevo. Pero las semanas se hacían cada vez más y más largas. UN CORAZON TAN DULCE COMO LAS GOMINOLASEn un colegio de élite privado, la exigencia es máxima, tanto académicamente como sociablemente y Juan suspendía en las dos. El bulling es un problema que muchos niños y adolescentes viven hoy día a escondidas y en silencio, Juan era uno de ellos, y precisamente ese silencio era una condición inexpugnable para que su sufrimiento no fuera a más, pero a pesar de todo, Juan creía en si mismo y sabía que su condición no era mala ni excluyente al contrario, Juan era un niño tan dulce como las chuches y con un corazón mucho más grande y firme que todos aquellos que se burlaban de él, le acosaban, le pegaban o lo humillaban a diario y un día su suerte cambió para siempre, gracias a las chuches!Era lunes, y Juan temblón llegaba como cada inicio de semana al cole sin saber cómo iba a acabar el día, llevaba la mochila con la tarea hecha y los exámenes a medio estudiar, un bocadillo de mantequilla y varias gominolas que le habían sobrado del fin de semana. Ese día a primera hora tocaba educación física así que las gominolas eran para reponer fuerzas y ánimos en el recreo. Tomás era un abusón, un chico grandote y descarado que se había hecho con toda la clase y que sin razón o motivo alguno él y sus compinches le hacían la vida imposible al resto, sobre todo a Juan. Tomás era hipoglucémico, aunque ni él mismo lo sabía, solo notaba que en educación física se cansaba más que el resto y no realizaba bien los ejercicios de fuerza y resistencia, aunque nadie osaba en reirse o tan siquiera comentárselo. Ese día tocaba correr y aunque Juan eso lo llevaba bien, Tomás no tanto, y cuando llevaban 10 minutos de carrera, sin previo aviso se desplomó en el suelo, empezó a temblar y a sudar y de repente su piel se tornó blanca y comenzó a llorar. Su profesora de gimnasia, una joven recien terminada la carrera de educación física se quedó paralizada y muchos niños al ver a Tomás temblando y llorando en el suelo comenzaron a reirse.El perro de Juan, Coco, era hipoglucémico, y Juan le daba a veces alguna golosina para perros porque su mamá le había advertido varias veces que tras correr y jugar mucho podía desmayarse por una bajada de azúcar, por eso Juan cuando vió a Tomás, inmediatamente reconoció lo que le estaba ocurriendo y corrió a su mochila, cogió las gominolas que le habían sobrado del fin de semana y se la dió a Tomás que aun seguía en el suelo; inmediatamente Tomás fue recobrando el sentido y la maestra sollozando se inclinó a abrazarlo mientras todos miraban con asombro a Juan. Ante esa situación el resto de niños hizo corro con Juan y tanto Tomás como sus compinches nunca más volvieron a abusar de él u otro compañero de clase. UNA COMUNION DE CHUCHES Y AMISTADPocas semanas más tarde Juan celebró su comunión, su vida había cambiado por completo gracias a las gominolas que aquel día llevaba en la mochila, ahora iba al cole con alegría, todos le saludaban y lo apreciaban, incluso Tomas y sus amigos. En su comunión por supuesto no faltaron las gominolas y chuches favoritas de Juan, y ¿adivináis donde las compró?Las gominolas alegran la vida, por muchas razones, y en muchos momentos te salvan de un mal trago o mal rato......son buenas para todo!!!!!
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Si aun quieres elegir otras gominolas de otras secciones solo tienes que volver al menú y seleccionar la categoría que quieras, gomitas, esponjitas dulces, caramelos, chocolates, regaliz, chicles o galletas, y dentro de cada una la subcategoría en la que encaje tu siguiente golosina.
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